Así ha sido uno de mis primeros días en Barcelona, caminando por la calle, según mis conversaciones internas:
Después de hacer entregar estos papeles tengo que ir a... Wow, pedazo melenudo... esto... ir a la universidad y entregar lo del traslado de matrícula, y mientras llamar... vaya, eso sí es un buen culo... a lo... ¿por dónde iba? Ah, sí, llamar para la entrevista de trabajo de camarera. Papeles del traslado y llamar para lo de la entrevista. Luego ir a... ¿a pervertir a esa monada? No, a la entrevista de trabajo de El Corte Inglés. Para eso tengo que coger las líneas... Joder, para líneas mira ese cuerpo... de Metro... Vale, la línea 2. Y después cita a las cinco... a ti sí te daría cita a las cinco, guiri buenorro... A ver, ya está bien, céntrate. Cita a las cinco en la esteticién, a depilarte. Y ya. Repasemos: No, repasarte a ese no, repasar lo que tienes que hacer: Traslado, llamada, entrevista, esteticién. Guay. Nota mental: No salgas más a la calle con este nivel de hormonas.
¿Qué pasa? ¿Es que en Barcelona están todos buenos o es que yo estoy muy mal? Creo que es una mezcla de las dos cosas, en serio...
A parte de la memez esta, os cuento: este mes tengo piso, el que viene no sé si podré quedarme aquí o me toca buscar otra cosa. El lunes firmo un contrato de trabajo de seis meses compaginable con la universidad. Y cerca de mi actual casa. Llevo aquí desde el día 5... ¿no está mal, no? También he entregado los papeles en la universidad, y estoy a la espera de que me admitan (pueden admitirme por preinscripción y/o por traslado de expediente), cosa que me extrañaría que no hicieran. Un saludo a todos de esta blogger neobarcelonesa. ^_^