Estoy triste, estoy mal, me hundo en mi propia basura. Nada de lo que me rodea está mal, o al menos tan mal que no tenga una solución alcanzable, pero no me importa. Tengo comida, tengo techo, tengo trabajo y estoy matriculada en la universidad. Es decir, tengo un futuro lleno de posibilidades. Sólo por esto ya debería estar feliz y agradecida. Pero no lo estoy.
¿Tengo a alguien? Eso ya es más difícil de decir. Yo me siento, como puse hace unos cuantos posts, sola, y mucho. Pero, ¿realmente lo estoy? No lo sé. Los que están lo bastante cerca de mí como para que en malos momentos pueda contar con ellos, dicen que están; y sí, lo dicen, pero no los noto ahí (no sé si culpa mía por no ver lo que hay o es que realmente no están, pero da igual, el resultado es el mismo: soledad). Y el único al que le permito acercarse lo suficiente como para eso, está cansado. Cansado de mí. Como el resto de gente que está lo bastante cerca como para oír alguno de mis quejidos. No noto a nadie capaz de dar sacrificarse un poco por mí. Me hace falta que alguien quiera acompañarme de la mano hasta que consiga ponerme en pie, si es que eso ocurre. Quiero a alguien que pueda llamar cuando esté llorando y venga a abrazarme hasta que deje de llorar, aunque eso suponga una perturbación medianamente grave a su existencia habitual.. Sólo eso.
No sé si existirá alguien capaz de dejar de mirar su ombligo y sacrificar un poco de su vida por la mía, ya que el altruismo no existe, pero es lo que me hace falta.
Me diréis "deberías salir a buscar a ese alguien, está ahí fuera", y puede que tengáis razón, pero estoy bloqueada. Salir a conocer gente me hunde, no puedo. Solo puedo hablar con quienes ya me conocen, que no me llenan, que no me dan lo que necesito. Y con la gente desconocida, me siento tan sola que de lo único que me preocupo cuando estoy con ellos, es de no ponerme a llorar. De lo que tengo ganas es de decirle al primer transeúnte que veo que me abrace, pero no puedo hacerlo porque socialmente no está aceptado. Necesito pasar por la fase de conocernos primero, antes de esperar nada. Y no puedo. Solo puedo tolerar muestras de cariño o de que soy necesaria para esa persona, lo demás (salir por ahí a pasear, hablar de banalidades) me provoca una indiferencia tan absoluta que me entran ganas de llorar, porque odio sentirme sola en compañía. No sé como evitarlo... De todas formas, aún sin hacer nada, conozco a unas pocas personas. De varias tengo el teléfono, y esperan una llamada mía para salir un rato a conocernos. Pero me da miedo solo de pensarlo, no solo por la fase de "no me importa lo viste ayer en la tele, quiero que me abraces"; sino por el miedo a fallar, a que esas pocas personas que me han tendido la mano sin apenas preguntar, la retiren en cuanto vean más de cerca a quién se la tendieron. Miedo a que, como los demás, también se cansen de mí y mi depresión en vez de querer ayudarme a salir de aquí.
Y, llamadme creída o lo que queráis, pero me deprime pensar que no encuentro a ese alguien que quiera dar algo por mí sin conocernos. Creo que merezco una persona, como mínimo, a la que pueda parecerle que vale la pena un pequeño sacrificio para conocerme de verdad. No sé, soy más o menos inteligente, medianamente simpática, se puede hablar conmigo de cualquier cosa, si me das cariño te lo devuelvo con creces... Y a veces soy un poco idiota y pasota, pero si se me dicen mis errores, hago por cambiarlos. Y aún así es probable que tengas que aguantar mis defectos, pero todos los tenemos, y no creo que los míos sean tan graves, soy como cualquier persona, solo pido alguien que sea capaz de hacerme ver que le importo, alguien que me necesite... *
Pero los problemas no vienen de ahora, no es únicamente por estar sola en Barcelona, no es por sentir que no pertenezco a ningún lado, no es por no tener a nadie (o no querer ver que lo tengo, como queráis llamarlo). Hace unos años empecé a cambiar para peor. Poco a poco, he visto que cada vez que caía, me costaba más levantarme. Que el cansancio y la desorientación me llenaban, que perdía la inocencia y la ilusión. (¿Que llegaba a la madurez? Espero que no sea esto, sería muy triste. ) Antes era optimista, veía el lado bueno de todo, daba igual lo que pasara, yo podía solucionarlo. Decía "Quiero ser bombero" y creía que lo conseguiría. Me parece que el origen de todo esto es no tener un rumbo (vuelta a lo mismo, dentro de poco ni lectores tendrá el blog... XD Total, entre los poquillos que aún me leéis y nada, no hay tanta diferencia). A lo que iba: como no tengo ningún sitio a donde dirigir mi vida, lo único que hago es deambular, sobrevivir. Y me pregunto ¿para qué?. ¿Acaso supondría una diferencia el que yo sea como soy o me dedicase a vivir drogada en una esquina? ¿Qué pasaría si desaparezco? Mi madre lo pasaría fatal, eso sí, pero por lo demás, pues igual alguien más lloraba, pero todos podrían superarlo sin problemas. ¿Entendéis que no aprecio mi vida? ¿Que para mí no tiene ningún sentido nada de lo que hago y eso me mata? Antes por lo menos tenía a alguien por quien seguir adelante, y eso frenó mi caída, pero una vez se acabó, continué cayendo. No os preocupeis, no me voy a suicidar. Aún me queda un poquito de esperanza, todavía oigo de vez en cuando la voz de el angelito de mi hombro diciendo que no me preocupe, que todo esto pasará y que volveré a ser yo, o a parecerme a lo que yo era. Y por suerte o por desgracia, le creo; necesito creerle.
*Igual un gato me serviría, mono, peludito, maullante, ronroneante... Con los gatos me llevo bien, me acaban queeriendo. Y al menos sé que él me necesitaría. O un hijo. De vez en cuando se me pasa por la cabeza que tener hijos podría paliar mi soledad, pero luego me siento tan egoísta que no creo que eso me capacite para criar un niño...