Adiós a los cines

Es un desastre. En mi ciudad, Elche, han desaparecido todos los cines que había en el centro urbano. Si ahora quieres ver una película, tienes que irte al maldito centro comercial. No es justo. Molaba mucho ir al cine y luego irte andando a tomar algo o a tu casa, sin tener que depender de autobuses o de que otra persona te transporte.

Cada cine tenía un encanto especial. El Altamira era el más grande, con una sola sala enorme, en la que hacían los grandes estrenos. Además, pocos meses antes de cerrarlo, lo remodelaron con unos asientos cómodos y espaciosos.
Los otros dos cines "grandes" eran el Alcázar y el Capitolio. Ambos estaban en antiguos teatros. El Capitolio tenía un techo enorme y conservaba la estructura del escenario y el gallinero, además de unas imponentes escaleras para acceder a la parte superior. En el techo, habían un montón de cúpulas, o como quiera que se llamen esos agujeros técnicamente, con lámparas de araña, todo muy recargado. Como un teatro, vamos. Pero si no mirabas hacia arriba, tampoco te dabas cuenta. Me gustaba imaginarme el lugar en todo su esplendor, con los nobles de la ciudad yendo a ver sus obras de teatro y esas cosas. En el Capitolio proyectaban las pelis infantiles. Yo creo que es porque es el que peor sonido tenía, y como los críos no son demasiado exigentes en ese sentido... No sé, especulaciones mías. El Alcázar también era un teatro, y las películas que proyectaban allí eran también taquilleras, pero menos que las del Altamira. Ahora en el Capitolio están poniendo un Zara, y el Alcázar lo han tapiado. Me duele verlos así...
Luego estaban los Aana, en los que había 3 salas chiquititas. Ahí ponían las pelis que ya habían dejado de ser estrenos, o algunas no taquilleras que estrenaban directamente allí. En esas salas fui a ver Mi vida sin mí, por ejemplo. Era muy guay ir entre semana, y que hubieran solamente unas diez personas en toda la sala.

Todos los cines de los que he hablado hasta ahora pertenecían al mismo dueño, por eso se pasaban las pelis de unos a otros cada semana. Y competían con el Odeón por los estrenos. El Odeón era un cine modesto, con dos salas no muy grandes, y más nuevo que los anteriores, lo que tampoco es demasiado. Los ajados sillones tapizados de rojo, con respaldos demasiado bajitos como para estar totalmente cómodo presenciaron estrenos como Titanic, que ocupó las dos salas durante semanas con unas colas que daban la vuelta a la manzana. Este es el cine que más suerte ha tenido, ya que el Ayuntamiento lo ha comprado. Ahora hacen ciclos de cine a 3 €, y proyectan cada semana una película distinta.

También puedes ir a ver películas a la filmoteca, pero el problema es que solo las ponen miércoles o jueves por la tarde, y esos días generalmente no estás de vacaciones. En julio hacen el Festival Internacional de Cine Independiente de Elche. Este año fue la XXVIII edición. Es muy interesante, porque proyectan cantidades increíbles de cortos y películas durante toda una semana, pero bueno, como siempre, eso está vedado a los que tienen vacaciones. XD Me jode haber ido solo un día a los cortos este año, pero estoy en una mala racha por varios motivos y no he tenido ganas. Al menos, como dice mi primo, hemos visto el corto ganador. Mi primo tiene un morro que se lo pisa. Va un solo día y siempre coincide con un corto al que acaban premiando. Menos mal que este año me arrastró con él y lo vi yo también.

Ay, qué quejica soy. Supongo que la oferta cinematográfica de esta ciudad no está nada mal comparado con otros sitios, pero si no comparas, es una mierda que te quiten de golpe todos tus cines a los que tanto cariño tienes por culpa de un maldito Centro Comercial. Que se lo metan por donde les quepa. A mí me gusta mi centro urbano con sus cines, tiendas y cafeterías. No necesito que me lo concentren todo junto a un Hipermercado con aire acondicionado al que tengo que llegar consumiendo gasolina (o sudando la gota gorda, opción poco recomendada en verano). Consumo, todo se reduce a eso.