Este post está inspirado por este otro, de la Reina del Hielo. Es que no he podido evitar pensar en los dos días sin luz cuando lo leí (aunque estar sin agua es peor, la verdad).
Qué molón es no poder usar el ordenador ni jugar a la consola.
Que genial es no poder ver una peli, ni una serie, ni tu correo, ni nada que requiera más iluminación que una vela.
Qué molón es no poder leer sin quedarte ciego.
Qué molón es tener calentador eléctrico y morir congelado en la ducha.
Qué romántico es comer a la fuerza a luz de una vela (tú solo, claro).
Qué chuli es no tener pareja con la que hacer nada durante esos días. Al menos no alimentas el baby-boom posterior.
Qué molón es salir a la calle y que los coches se crean que la calle es suya porque no hay semáforos, cuando ya de normal se creen que la calle es suya.
Qué molón es que se te descongele todo lo del cogelador y se te caliente la comida de la nevera.
Y qué bien huele la nevera.
Qué molón es acumular ropa sucia.
Qué divertido es que tus únicas opciones de entretenimiento cuando se va el sol sean irte a dormir o hablar con alguien, si consigues que estén disponibles para tus ratos-muermo.
Qué molon es que se te descargue el móvil y quedarte sin agenda telefónica y sin poder llamar o avisar de que llegas tarde a la gente con la que consigues quedar.
Qué bonito es no ver la porquería de tu casa porque con una vela parece todo limpio. Y que tus únicos ratos para limpiar sean esos.
Cómo me gusta subir siete pisos a pie. A oscuras.
Cómo me mola escribir cosas a mano a la luz de una velita y tratar de descifrar al día siguiente lo que pretendía escribir.
2 comentarios:
Buf, yo habría muerto encerrada en casa. Si de normal ya veo mal, sin luz puedo morir xDD
Ponte buena a la orden de ya, niña, o te lanzaré un fulgor o algo asi (estoy jugando al FF y no puedo sacármelo de la cabeza XD)
copiota, copiota, copiota...
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